Mi primera experiencia en autocaravana
Quiero complacer a Caravaning K2, que me pide mis experiencias después de un año y pico siendo autocaravanista. Yo me inclino más (y de momento) por contar como fue nuestro inicio en este mundo sin tener ni pajolera idea de esa forma de viajar, quizá porque lo tengo fresco y prefiero compartirlo y no escribirlo en un diario, para mí solo.
Nuestro inicio empieza en una comida que tengo en abril del año pasado (2016) con mi amigo Jorge, al que no veía hacía más de cuatro años. Me cuenta que está ahorrando para comprar una furgoneta camper. Ha estado con su novia, en una de un familiar y ha sido de las mejores experiencias de su vida.
Estuvo por la Bretaña francesa y contó, como estaba todo preparado para los servicios que necesita esa forma de viajar: los lugares para dormir, los desayunos en plena naturaleza, esa libertad… Yo escuchaba atónito y no podía creer el entusiasmo con el que lo contaba. Tanto es así, que esa misma noche se lo conté a mi mujer, y propuso alquilar para el próximo puente de mayo. Jamás pensé que ella me propondría esa experiencia. Las pocas veces que otro amigo nuestro nos contaba su interés por descubrir ese mundo, le tomaba por loco. Mi mujer es de poco campo; es más de asfalto, escaparates, mucha gente, luces y ruido.
En ese momento empezó el lío, mi primera experiencia en autocaravana. El fin de semana siguiente fuimos a Caravaning K2 y allí conocí a Marcos, quien me atendió estupendamente, por varias razones: él es así, es gijonés, esto ya es garantía, una ciudad que visito con mucha frecuencia, y es de las personas que cuando las ves de primeras, sabes que no te va a engañar nunca.
Nos aconsejó sobre el tipo más aparente para esa primera vez, viajando con una de sus autocaravanas de alquiler con nuestra hija pequeña de 12 años, y el funcionamiento de todo, que visto ahora parece sencillo, pero la primera vez parecían demasiados botones, llaves, luces y demás zarandajas.
Llego el día D y lo que teníamos planificado de viaje por Extremadura (seis días no demasiado lejos) al terminar de ver Mérida el primer día y siendo las 8 de la tarde, pensamos que ese viaje lo podíamos exprimir más. Pregunté que si llevábamos los bañadores, con respuesta afirmativa. Terminamos durmiendo en Sevilla. Al día siguiente Isla Cristina y el resto no quiero alargarme demasiado. Fue hasta ese momento el viaje más libre, anárquico, des planificado, increíble y con mejores sabor de boca de toda nuestra vida.
El día de retorno paramos en Talavera a limpiar en su área de autocaravanas y allí llegaron unos personajes que después seguiríamos con cierto entusiasmo, Carlos y Charo, de La Gaviota Viajera. Ya lo que nos faltaba, nos contaron entre otras cosas que esa experiencia es muy superable con tener una propia, ya que la consideras tu casa, tu apartamento con ruedas y como nosotros olemos a la buena gente de lejos, les hicimos caso a pies juntillas y aquí estamos, con nuestro apartamento con ruedas, que estrenamos para San Fermines dos meses después de aquella experiencia.
Al hacer la entrega a Marcos de su autocaravana de alquiler, le gustó mi coche pero no me aceptó el cambio, así que tuvimos que empezar a ver autocaravanas para saciar ese ansia viva por tener una maravilla de esas, finalmente comprando en Caravaning K2 una autocaravana Adria.
Gracias por contarnos «Mi primera experiencia en autocaravana» y esperamos conocer muchos relatos de vuestros viajes y experiencias.